Esa violeta
tardía,
que hoy
cuida
tu descanso,
que se regó
con mi llanto
y en
silencio
te vigila,
es lo único
que puedo,
con una sonrisa ofrecerte,
pues esa
violeta,
encierra en
su trémulo corazón,
una parte de
mi vida,
que te
llevaste hoy…
Frágil y humilde
florecita,
igual que tu
corazón,
velá su
descanso eterno
y entrégale
mi amor.
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